En el año 2000 uno de los actores más célebres de Portugal dijo: “En mi país, no hay una sola familia que no tenga a un drogadependiente en su casa”. Hoy, a 20 años, la frase parece de la prehistoria.
Portugal pasó de consumir heroína y cocaína, dos de los consumos más problemáticos, del 1% de la población lusa a un 0,3%; las infecciones de VIH entre los consumidores han caído a la mitad (en el total de la población ha pasado de 104 nuevos casos al año por millón en 1999 a 4,2 en 2015), y la población carcelaria por motivos relacionados con drogas ha bajado del 75% al 45%, según datos de Agencia Piaget para el Desarrollo (Apdes). Los hurtos de celulares, carteras y bolsos, atracos menores y demás, se han reducido hasta casi desaparecer. El inicio en el consumo se en niños se retrasó no menos de 5 años: desde los 11 años en 2000 a los 16 hoy día.
¿Cómo operó ese cambio? Descriminalización del consumo para uso personal, educación, programas de asistencia de salud efectivos para los que consumen, reducción de daños y riesgos y política sustentable que considera la adicción como un problema de salud y no del derecho penal.
A lo largo de esta nota se usará muchas veces la expresión “descriminalización”. En nuestro país, a diferencia de otros, correspondería usar “despenalización” en el estricto sentido. NO aplicación de sanción penal. Esto no excluye sanciones de otro tipo como las administrativas.
Joao CAstel-Branco Gouläo, Joao Goläo para todos, se niega a ser reconocido como el padre o arquitecto del programa portugués. En los hechos, lo es. Accesible, sencillo, directo, con un uso del español impactante por lo exacto, sin pasión por las admoniciones o valoraciones morales, es el director del Servicio de Intervención de Comportamientos Adictivos y Dependencias (SICAD) De Portugal.
Apasiona escucharlo y aprender de lo que dice. “Si en Portugal se encuentra a alguien que dice ´no tengo problemas con drogas, yo fumo un porro los fines de semana con mis amigos pero las drogas no son un problema en mi vida´, el sistema lo entrevista con una comisión de especialistas. Si es solo eso, no hay pena y todo ha terminado. Si en la entrevista dice bueno, mis padres se están separando, mi padre perdió su empleo, o yo estoy con problemas con mis opciones de género, con perturbaciones alimentarias, o lo que sea. Y ahí la Comisión puede invitarlo, ¿no le gustaría discutirlo con un profesional de salud adecuado? No en un centro para la drogadicción pero en otras respuestas de la comunidad. Por ejemplo, para discutir las dificultades que la familia está enfrentando podemos movilizar un trabajador social que pueda apoyar a su familia. El gran objetivo es intervenir en factores que coexistiendo con el uso de drogas puedan llevar a esa persona a un uso más problemático más tarde”.
En Portugal no sufre sanción penal el que posea cualquier tipo de sustancia prohibida si es en una cantidad que pueda ser usada para uso personal en 10 días. Y esto está tabulado. Ejemplos: Cocaína, hasta dos gramos. Cannabis, hasta 25 gramos, Extasis o MDMA, hasta 1 gramo. Quien es encontrado por la policía en estas circunstancias, es llevado a una comisión de salud que evalúa en caso. Nunca hay sanción penal. Sí, una medida administrativa.
¿No será hora de pensar en nuestro país algo parecido? En Portugal y en Argentina (y en todo el mundo) la prohibición no ha funcionado. ¿Y si nos animamos a ensayar otra alternativa?
Aquí, las 10 bases del sistema explicadas por Goulao:
– La evolución de todos los indicadores relacionados con el uso de drogas han caído muy dramáticamente después de la aprobación de nuestra estrategia en 2000/2002.
– En Portugal hemos retirado las sanciones criminales para uso y posesión para uso personal pero sigue siendo prohibido
– La posesión de todo tipo de sustancias prohibidas, hasta lo que hemos calculado como la dosis adecuada para un uso personal de 10 días, no tiene sanción penal
– Si tiene una cantidad inferior es remitido por la policía para un panel bajo el Ministerio de Salud donde va a ser evaluado desde el punto de vista de su condición de usuario problemático, dependiente o no, y de acuerdo con las circunstancias puede ser enviado a las respuestas más adecuadas
– Usar drogas en Portugal sigue estando prohibido, continua habiendo una señal clara de desaprobación social al uso de drogas. Pero se ha reconocido como un problema sobre todo del área de la salud y social mucho más que de lo criminal.
– La descriminalización nos llevó a una caída del número de usuarios problemáticos a la mitad más o menos, o menos de la mitad. Una caída de las sobredosis, de las muertes por sobredosis, que en los 90 se cifraba por las 350 al año y el año pasado tuvimos 74. Hay una caída dramática en las nuevas infecciones por el VIH. Una caída en la criminalidad conexa con el uso de drogas. En fin, todos los indicadores han disminuido muy positivamente.
– La pequeña criminalidad, los pequeños hurtos, las bolsas de las señoras, los robos de ceulares de los autoradios y ese tipo de cosas que era muy perturbadora de la vida de todos los días, ha caído de forma muy clara después de tener todo este paquete de políticas colocadas en esta ecuación.
– No criminalizamos gente que sufre de enfermedades auto infringidas como algunas formas de diabetes o el cáncer de pulmón por un fumador, no criminalizamos a la gente porque ha adquirido una enfermedad como resultado de sus hábitos. ¿Por qué criminalizar al consumidor de sustancias?
– Cuando lo discutimos hace veintipico de años ese era uno de los argumentos. Por un lado Portugal iría a convertirse en un paraíso para el narco turismo. Van a llegar a Portugal, a Lisboa, todos los días aviones con gente para usar drogas libremente. O nuestros hijos van a empezar usando drogas con la mamadera. Nada de ello ocurrió.
- Hemos asistido a un retrasaso del inicio de la experimentación de drogas por los chicos. Lo que antes ocurría por los 11, 12 años de edad hoy día empieza la experimentación por los 14, 15. Y hay menos niños usando drogas que antes.
Aquí, compartimos el diálogo completo con Joao Gouläo.
— Doctor Goulao un gran placer recibirlo, muchas gracias por estar con nosotros.
— Encantado Luis. Gracias por llegar hasta mí.
— Cómo se siente cuando las crónicas periodísticas dicen es el padre de la lucha exitosa contra el narcotráfico y la toxicodependencia. Cómo se siente.
— Que es excesivo ese reconocimiento porque yo soy un obrero. Muchas veces me presentan como el arquitecto de la política portuguesa pero no es verdad, soy solamente uno de los participantes en la construcción de la primera estrategia nacional y tengo la felicidad de ser la cara, la más conocida, de tener responsabilidades en la ejecución de esa estrategia pero no soy el padre, soy uno de los obreros solamente. Pero de todas maneras me siento muy contento, muy reconocido por el reconocimiento de la política portuguesa alrededor de las drogas.
— Permítame la metáfora arquitectónica, por más que no le guste ser arquitecto. Pero Portugal pasó, y corríjame, de una penalización total desde el cultivo hasta el consumo de las drogas a un sistema basado en qué pilares.
— Bueno, tenemos un sistema integrado de lo cual hacen parte por un lado la existencia de una política balanceada entre la reducción de la oferta y la reducción de la demanda, y en lo que respecta a la reducción de la demanda tenemos la participación de prevención, tratamientos, sistemas de tratamientos sólidos, fácilmente accesibles, una política de reducción de riesgos y de reinserción que todo eso se ha tornado más coherente en un entorno de descriminalización. Usar drogas en Portugal sigue estando prohibido, continua habiendo una señal clara de desaprobación social al uso de drogas. Pero se ha reconocido como un problema sobre todo del área de la salud y social mucho más que de lo criminal. Y entonces hemos retirado las sanciones criminales para uso y posesión para uso personal pero sigue siendo prohibido y punido bajo el derecho administrativo. Siguen habiendo sanciones administrativas.
— Es decir, no se ha legalizado la droga si no solo despenalizado o descriminalizado.
— Descriminalizado, no hemos despenalizado. Todavía siguen habiendo penalizaciones que hay un umbral que es constituido por la posesión de sustancias prohibidas hasta lo que hemos calculado como la dosis adecuada para un uso personal de 10 días y si uno es interceptado por la fuerza policial, por un policía, en posesión de una cantidad superior sigue siendo sometido a procedimientos criminales en tribunales, como antes. Si tiene una cantidad inferior es remitido por la policía para un panel bajo el Ministerio de Salud donde va a ser evaluado desde el punto de vista de su condición de usuario problemático, dependiente o no, y de acuerdo con las circunstancias puede ser enviado a las respuestas más adecuadas.
— ¿Esto implica doctor todo tipo de sustancia indiscriminadamente o algunas sí o algunas no?
— Todas las incluidas en las listas de los tratados de la ONU. Todas las sustancias prohibidas. Entonces hay una lista de sustancias, la cantidad que hace al umbral. Desde nuestro punto de vista la existencia explícita de una cantidad máxima es importante. Claro que es una decisión siempre arbitraria porque podrían ser 15 días, 5 días o lo que fuera, pero al estar explícita la cantidad admitida que hace el corte entre los procedimientos criminales y los procedimientos administrativos para nosotros es importante porque evita mucha discrecionalidad que podría existir. Hay países que han descriminalizado pero no han definido un umbral y entonces es una decisión del policía incriminar o no a una persona. Y eso tiene muchos riesgos que pueden ocurrir.
— Claro. Para dar solo un ejemplo ¿no? No se considera penalmente aplicable, sí tiene una sanción, el que posea cualquier sustancia que le permita consumir por diez días. En el caso, por ejemplo, de las pastillas de éxtasis tan usadas en fiestas electrónicas, o la cocaína, por ejemplo, de qué cantidad de pastillas estamos hablando aproximadamente.
— Tengo que ver la tabla, no sé decirle de memoria. Pero, por ejemplo, con el cannabis hay un umbral de 25 gramos. Para hachís, para cannabis prensado, es menor. Pero es adecuado. Y aunque necesitamos actualizar las cantidades porque esta definición ha sido hecha hace 22 años y todavía no ha sido actualizada y las sustancias tienen características diferentes hoy, pero en todos los casos para fines prácticos esta definición nos sirve perfectamente hoy día todavía.
— Hay un lugar común de los que no somos expertos de poder pensar que este tipo de admisión de este consumo hasta diez días puede favorecer al aumento del consumo. Qué pasó en Portugal desde el 2002 a hoy con el consumo y las consecuencias derivadas de este consumo.
— La evolución de todos los indicadores relacionados con el uso de drogas han caído muy dramáticamente después de la aprobación de nuestra estrategia. Pero yo no establezco una relación directa entre la descriminalización per sé, sola, con esa evolución de los indicadores. Es todo el paquete completo. La disponibilidad de tratamientos, las políticas de reducción de riesgos, el trabajo preventivo, la reintegración social disponible. Todo eso en un entorno de descriminalización nos llevó a una caída del número de usuarios problemáticos a la mitad más o menos, o menos de la mitad. Una caída de las sobredosis, de las muertes por sobredosis, que en los 90 se cifraba por las 350 al año y el año pasado tuvimos 74. Hay una caída dramática en las nuevas infecciones por el VIH. Una caída en la criminalidad conexa con el uso de drogas. En fin, todos los indicadores han disminuido muy positivamente después de la aprobación de esta estrategia.
— Ahí hace mención a algo sobre lo que quiero resaltar o subrayar que es la disminución de la transmisión, por ejemplo, del VIH a partir de este paquete como usted muy bien dice y también de la reducción de hechos criminales con personas que consumían estupefacientes. Esto ha decrecido también.
— Sí, es verdad. Nunca tuvimos aquí en Portugal una gran criminalidad violenta asociada al uso de drogas. Eso que vemos en las películas de tiros, de grandes organizaciones criminales, nunca ha sido nuestra realidad. Pero la pequeña criminalidad aquisitiva, los pequeños hurtos, las bolsas de las señoras, los autoradios y ese tipo de cosas que era muy perturbadora de la vida de todos los días, ha caído de forma muy clara después de tener todo este paquete de políticas colocadas en esta ecuación.
— Una persona que es encontrada con drogas en un nivel menor a estos diez días de consumo sin embargo tiene una sanción administrativa. En qué consiste.
— La primera tarea que la Comisión, le llamamos la Comisión para la Disuasión de Drogadicción, en la práctica si un ciudadano es interceptado por la policía en un local público usando drogas o en posesión de drogas es conducido a la escuadra de policía. La sustancia o sustancias son aprehendidas, pesadas por el policía, y si tiene más de la cantidad admitida como sujeta a sanciones administrativas si tiene más es enviado para el sistema criminal como antes. La presunción de que hay una actividad de tráfico. Pero al tribunal de producir la prueba y tomar sus decisiones. Si tiene menos el policía solamente entrega un papel al usuario intimando a presentarse ante la Comisión en un plazo de tres días. Hay una copia de ese papel que va directamente a la Comisión entonces la Comisión sabe que el ciudadano va a presentarse. Ahí la acogida del ciudadano es hecha por un equipo técnico de sicólogos, trabajadores sociales, que van a hacer una entrevista e intentar establecer un diagnóstico muy largo de si estamos en presencia de un dependiente o un no dependiente. En todos los casos si es un dependiente es invitado a aceptar un tratamiento, a dirigirse a un servicio de tratamiento, pero en presencia del diagnostico que el equipo técnico elabora, prepara sobre el ciudadano el paso siguiente es una entrevista con el cuerpo decisorio de la Comisión que es constituido típicamente por tres personas, un jurista, un sicólogo y habitualmente un trabajador social. Hay una entrevista, tenemos la historia, tenemos un diagnóstico, porque el equipo técnico puede utilizar utensilios de diagnóstico, un score, hay escalas de score y demás.
Ok, tenemos uno que es un usuario dependiente, problemático, ¿usted nunca ha pensado en buscarse tratamiento? Sí, pero es tan complicado. ¿Lo cree usted? Tenemos una cita para mañana, para pasado mañana, ¿le gustaría aceptar? Debo decir que la mayoría de la gente acepta tener una primera entrevista. Una primera cita en un centro de tratamiento. No estoy diciendo que vaya a ser exitoso pero hay una cara, hay una referencia que va a ser establecida. Pero la persona es libre de decir no, yo no estoy interesado. Ok, usted está informado, sabe que si decide de otra manera puede estar con nosotros otra vez y estamos disponibles para facilitar el acceso. De todas maneras por favor no venga aquí por el mismo motivo en los próximos, vamos a decir, seis meses.
— Claro.
— Si viene otra vez va a tener una penalidad. Y la penalidad puede ser, hay una larga lista de penalidades que pueden ser aplicadas. Para dependientes nunca es una multa. No es una multa, no. Pero puede ser prohibición de frecuentar un determinado local. De juntarse con determinadas personas. U obligación de, uno que, por ejemplo, es seropositivo para el VIH no está frecuentando sus consultas como debería puede ser una imposición de la Comisión desde ahora debe venir aquí todos los meses y hacer una prueba de que está frecuentando sus citas por el VIH. Esto nos permite aumentar la complicance terapéutica para otras condiciones.
— Claro.
— Pero la enorme mayoría de la gente no son problemáticos, no son dependientes. El procedimiento es exactamente el mismo, tenemos un diagnóstico. No, yo no tengo problemas con drogas, yo fumo un porro los fines de semana con mis amigos pero las drogas no son un problema en mi vida. Pero en la entrevista dice bueno, mis padres se están separando, mi padre perdió su empleo, o yo estoy con problemas con mis opciones de género, con perturbaciones alimentarias, o lo que sea. Y ahí la Comisión puede invitarlo, ¿no le gustaría discutirlo con un profesional de salud adecuado? No en un centro para la drogadicción pero en otras respuestas de la comunidad. Por ejemplo, para discutir las dificultades que la familia está enfrentando podemos movilizar un trabajador social que pueda apoyar a su familia. El gran objetivo es intervenir en factores que coexistiendo con el uso de drogas puedan llevar a esa persona a un uso más problemático más tarde.
— Usted habló dentro del paquete de medidas, del conjunto de medidas, de la reducción de daño o la reducción de riesgos.
— De riesgos.
— Cómo se hace. Cuál es la tarea de la reducción aparte de la información, la permanente difusión de cuáles son las consecuencias. Qué pasa con el control de las sustancias que se consumen.
— Hay varias medidas en el ámbito de la reducción de riesgos de daños. Desde luego probablemente la más exitosa en el inicio fue el canje de jeringuillas que están disponibles muy fácilmente en todas las farmacias comunitarias. Hay un montón de locales donde la gente puede trocar y obtener material de uso limpio, esterilizado. Estamos alargando la distribución de pipas para el uso de sustancias como el crack por ejemplo en el ámbito también de las políticas de reducción de riesgos. Digamos, programas de sustitución opiácea de bajo umbral de exigencia, muy fácil, muy accesibles, de entrada casi inmediata si uno decide parar sus consumos de opiáceos. Y solo aquí en Lisboa unas vans que circulan por la ciudad que paran en determinados locales a determinadas horas y que sirven a una población de cerca de 1.500 personas todos los días, sábados y domingos incluso, donde la gente puede ir diariamente a hacer su dosis de metadona sin las mismas exigencias de abstinencia que ocurren en servicios de tratamiento donde la abstinencia de drogas ilícitas está presente, es una condición para acceder.
Hay una red de abrigos, de centros donde la gente puede dormir, centros donde acogerse. Y donde la gente puede acceder a cuidados médicos generales, hacer rastreos para SIDA, hepatitis, tuberculosis, etcétera. Y una vez identificada alguna condición de salud que lo demanda pueden ser referidos a respuestas adecuadas una vez más.
Hay equipos de calle que proactivamente se aproximan a grupos más desorganizados educando para un consumo más seguro o menos arriesgado. Y que recurrentemente los invitan para acceder a estructuras de tratamientos.
— Hay una cuestión filosófica allí. En algunos países como en la Argentina y como en Portugal hasta el 2002 se cree que la penalización de todo tipo de consumo, incluso de cultivo, de auto cultivo, es el modo de combatir el narcotráfico. Frente a la experiencia portuguesa qué le dice usted a aquellos que sostienen esta convicción doctor.
— A ver, creo que lo que la descriminalización ha favorecido es mismo en la representación social de toda la sociedad y en particular de profesionales de salud es considerar que estamos enfrentando una cuestión de salud, una enfermedad con la misma dignidad de las otras, no criminalizamos gente que sufre de enfermedades auto infringidas como algunas formas de diabetes o el cáncer de pulmón por un fumador, no criminalizamos a la gente porque ha adquirido una enfermedad como resultado de sus hábitos. Y eso ha cambiado el abordaje mismo de profesionales.
Por otro lado la descriminalización ha tenido impacto en la actividad de las policías porque la forma usual de trabajar es coger un usuario, a partir de él conocer dónde ha comprado, el traficante de la esquina, después del traficante de la esquina otro paso más en busca de la fuente del tráfico de mayor volumen. Con la descriminalización la policía ha perdido esta fuente de información y entonces ha aprendido: por un lado se liberó de un montón de tareas relacionadas con la criminalización del uso porque para llevar uno a tribunales hay que preparar el proceso para la evaluación del juez, todos los procedimientos. Entonces la policía se liberó de un montón de tareas relacionadas con el mero uso. Y mucha de su energía, medios, quedaron consumidos en esas tareas, han podido ser dirigidas para organizaciones de mayor volumen.
— Claro.
— Hoy día nuestras policías son mucho más eficaces en el combate al tráfico porque a la vez de al final del día tener gramos o un kilo de sustancia han necesitado aprender a trabajar de otra manera con una mucho mayor colaboración internacional, con inteligencia. Y a la vez de interceptar al mero usuario en la calle interceptan buques con contenedores de drogas grandes, grandes cantidades. Y debo decir que nuestras policías, que al inicio eran un poco resistentes a este nuevo entorno legal hoy día son los más entusiastas con la decisión de descriminalizar.
— Háblele doctor ahora a un papá, a una mamá que nos está viendo o que nos está leyendo y que dice descriminalizar es darle acceso a hachís, a pastillas, a éxtasis, a cocaína, a mi hijo que tiene 18 años. Es favorecer, es incitarlo a que consuma.
— Lo contrario. Claro que cuando lo discutimos hace veintipico de años ese era uno de los argumentos. Por un lado Portugal iría a convertirse en un paraíso para el narco turismo. Van a llegar a Portugal, a Lisboa, todos los días aviones con gente para usar drogas libremente. O nuestros hijos van a empezar usando drogas con la mamadera. Nada de ello ocurrió. Por un lado no tenemos un narco turismo, no hay gente desplazándose a Portugal para usar libremente drogas. Por otro lado porque hemos desarrollado tareas de prevención, de empoderamiento de la gente. Hemos asistido a un retrasar del inicio de la experimentación de drogas por los chicos. Lo que antes ocurría por los 11, 12 años de edad hoy día empieza la experimentación por los 14, 15. Y hay menos niños usando drogas que antes.
Todo depende de la intensidad del trabajo producido por encima de la aplicación estricta de la ley. E insisto, continua habiendo un claro final de desaprobación social al uso de drogas y que se expresa por la existencia de sanciones administrativas sobre los usuarios.
— Doctor, ha sido un gran placer. Le agradezco desde Buenos Aires esta charla y estamos a su disposición.
— Muchas gracias Luis, ha sido un placer para mí también