Luis Novaresio

Y un día un maestro me elogió

La querida Mariana Dahbar entrevista hoy en Infobae a uno de los popes de la tele Argentina.  Creador de éxitos como Telenoche, autor de la campaña televisiva de Raúl Alfonsin, Eduardo Metzger es un maestro.

Reproduzco una parte de esa entrevista en la que tuvo la generosidad de considerarme.  Aquí va:

“Se define como “un viejito que estuvo muchos años en la televisión”, pero aclara: “No en los medios”. Eduardo Metzger hace la salvedad porque nunca trabajó en la radio. Pasó prácticamente por todos los canales, pero fundamentalmente nació en Canal 9, para criarse y crecer en Canal 13.

Entrerriano de 77 años, padre de siete hijos, llegó a la Capital como estudiante de Derecho sin imaginar que su futuro estaría en la comunicación. Su primer trabajo como productor fue en el programa Domingos para la ciudad. Mónica presenta y El espejo están entre los productos más destacados de su carrera. Fue, además, el fundador de la primera productora integral de contenidos del país, que estuvo a cargo de la campaña presidencial de Raúl Alfonsín.

—¿Cómo llegó trabajar en la televisión?

—De manera no casual, pero casual. Yo trabajaba en la asesoría jurídica de la Embajada de Francia, era un estudiante de Abogacía adelantado, y tenía, para ser un estudiante, un sueldo muy bueno. Un día conocí al abogado Gonzalo Mari en una reunión social, me comenta que había entrado a trabajar en Canal 9, y que Alejandro Romay lo había contratado porque tenía un lío con la asesoría jurídica del canal. Me preguntó: “¿No querés venir a trabajar conmigo?”. Me agarró en el momento justo, y acepté. Me fui a laburar a la asesoría, pero ganando la cuarta parte de lo que ganaba. Empecé a trabajar ahí, pero ni siquiera físicamente estaba en el canal, y me empecé a dedicar a trabajar con los contratos. Romay me conoce un día por una gestión que tuve que hacerle con algo particular para él, y me ofreció que fuera a trabajar al departamento de contrataciones del canal. La oferta, económicamente, me convenía. Y no lo dudé.

—¿Le cambió algo ir a trabajar al canal?

—A mí me seguía interesando mi carrera de Abogacía, no tenía ni siquiera los deseos de ir a los estudios a ver cómo grababan, nada. Pero un día Romay me dice: “Vos sos muy creativo, tenés que ser productor”. “No -le digo-, voy a ser abogado”. Y él me responde: “Mirá, abogados hay muchos; productores buenos y creativos no hay”. Y ahí mismo me dijo: “Lo que creo es que vos no te animás al desafío”. Me pinchó en el lugar que más me dolía y así fue cómo empecé a producir. Debo ser un caso medio raro en la televisión, porque no digo que sea el único, pero casi: fui productor sin ser asistente de producción ni nada…

—¿En qué programa debutó como productor?

—En un programa de Gerardo Sofovich que se llamaba Domingos de mi ciudad, anterior a Feliz Domingo. Lo conducía Orlando Marconi y duraba 11 horas.

—Una vez inmerso en la producción, ¿no se le ocurrió estudiar Periodismo?

—No, no estudié nada, pero me gustaba, tenía inquietud. Y después empecé a producir Sábados continuados, y ahí sí ya hacía una tarea más periodística. Hasta que un día me enojé con Romay porque me cambió una cosa del programa del sábado y estuve mal; le dije algunas cosas fuertes y no volví más.

—¿Y cómo siguió su carrera?

—De ahí desembarqué en Canal 13 y produje el programa Mónica presenta. El canal empezó a ganar ese horario, y ahí me fue bien. Fue un espaldarazo para mí. Me quedé en el canal hasta el año 79, cuando me sacaron los militares.

—¿Cómo continuó?

—Fue todo muy causal. Un amigo, Pepe (José Fernández Racca), se entera de que yo estaba fuera del 13 y me invita a almorzar. Tenía unas oficinas ahí, por el centro. “Che, ¿qué pasó?”. Y le conté. “¿Y qué vas a hacer?”, me pregunta. Y le digo: “Mirá, creo que voy a ir a Brasil por un tiempo, para hacer una asesoría a la gente de O Globo”. “¿Por qué no te quedás y hacemos algo acá…?”. Y yo le respondí: “¿Sabés lo que pasa, Pepe? Yo soy productor, y para hacer producción se necesitan recursos, yo no soy un productor que voy a comprar una lata en México, una telenovela, y la voy a vender acá y ganar plata. Eso para mí no es producir, es un negocio”. “No, no, pero vamos a producir”, me decía. “Pero necesita mucha inversión esto”, le respondí. “¿Y cuánto?”. Yo no tenía ni la menor idea, y ya me ponía en una situación bastante incómoda. “Fijate que estamos a fines del 79 -le dije, como para que se terminara la conversación-, para hacer algo tendríamos que tener estudios, móvil…”. “Bueno, ¿y cuánto saldría eso?”, me dice. Yo no tenía una cifra para dar, pero le digo: “Un millón de dólares”, para que me diga: “Bueno, no, gracias, andate a Brasil”. “Bueno, yo te doy el millón de dólares…”, me dice. Y así armamos la primera productora propia con fierros, compramos móviles de Estados Unidos nuevos, hicimos unos estudios en la calle Colonia, en Parque Patricios.”

Y en otro tramo de la nota de Mariana, dice:

“—En la actualidad, ¿con qué canales se informa?

—Veo TN, A24. Veo C5N porque quiero saber lo que opinan. Veo de todo un poco, no tengo uno en particular. A la noche, por ejemplo, veo Animales: me gusta (Luis) Novaresio porque es muy buen entrevistador. A veces me importa lo que opina el conductor, si sabe entrevistar, si sabe sacar, al que está con él, sus opiniones, sus posiciones, etcétera. Eso es lo que veo más.

—¿Quién falta en la televisión?

—Faltan periodistas que tengan rigurosidad, seriedad, posiciones claras, pero no políticas claras, digamos, de maneras de ver las situaciones. Eso es lo que creo que se necesita.”

La nota completa en : https://www.infobae.com/teleshow/2020/12/20/eduardo-metzger-victor-hugo-morales-me-desilusiono-por-ahi-alguna-de-las-dos-caras-de-su-vida-es-real/